Participan 60 expertos mexicanos en experimentos en la nueva corrida del LHC
los investigadores Gerardo
Herrera Corral, Ildefonso León Monzón, Iván Heredia de la Cruz y Eduard de la
Cruz Burelo explicaron que durante esta nueva etapa del LHC que durará tres
años se harán chocar protones cada 25 nanosegundos.
A unos días del
reinicio de operaciones del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas
en inglés), luego de dos años de estar apagado por mantenimiento, este
incrementará su potencia casi al doble al pasar de 8 a 13 tera-electrón-volts, energía
suficiente con la que esperan abrir nuevos horizontes en la física y estudiar
más a fondo las partículas que ayuden a entender el origen del universo;
además, el LHC podrá obtener hasta 40 millones de imágenes por segundo, con lo
que será posible buscar partículas predichas en teorías físicas, y con ello
explicar fenómenos relacionados con la materia oscura, antimateria y otras
incógnitas, señalaron científicos del Cinvestav.
Los investigadores
Gerardo Herrera Corral, Ildefonso León Monzón, Iván Heredia de la Cruz y Eduard
de la Cruz Burelo explicaron que durante esta nueva etapa del LHC que durará
tres años se harán chocar protones cada 25 nanosegundos, con lo que esperan
obtener el bosón de Higgs de forma más pura. Esta nueva escala de colisión ayudará
a estudiar teorías físicas como la difractiva y la asimétrica.
Para ello los
científicos mexicanos han desarrollado nuevos detectores, tal es el caso de
Gerardo Herrera Corral e Ildefonso León Monzón, pertenecientes al Cinvestav y a
la Universidad Autónoma de Sinaloa, respectivamente.
Herrera Corral y
León Monzón diseñaron un detector (AD) que ya fue instalado en ALICE (Gran
Experimento de Colisionador de Iones) del LHC, con el objetivo de buscar nueva
información en torno a la física difractiva, relacionada con la interacción
entre protones que produce radiación sin perder sus características.
Por su parte, Iván
Heredia de la Cruz y Eduard de la Cruz Burelo, ambos adscritos al Departamento
de Física del Cinvestav y colaboradores del experimento CMS (Solenoide de
Muones Compacto) otro de los grandes detectores del LHC, coincidieron en que
esta nueva etapa permitirá a los investigadores acceder a una física nunca
antes explorada.
La nueva corrida
del Gran Colisionador está precedida de grandes logros no solo en materia
científica, como es el caso de la reproducción del bosón de Higgs, sino también
de aportes tecnológicos que ya benefician a la población general o están a
punto de hacerlo.
Tal es el caso de
los sistemas de almacenamiento virtual conocidos comúnmente como “la nube” o un
software para teleconferencias con un uso limitado de banda ancha, los cuales
nacieron gracias a necesidades de los científicos del Gran Colisionador de
Hadrones.
“Otro producto
tecnológico surgido a partir de experimentos desarrollados en el LHC es la
radiografía a color, que puede ser de gran utilidad en el sector médico, y que
actualmente está en fase de pruebas para que en breve pueda beneficiar en el
diagnóstico de enfermedades”, subrayó Gerardo Herrera Corral.
En el caso de los
desarrollos nacionales, para el detector instalado en el experimento ALICE, los
científicos mexicanos crearon una nueva técnica de polimerización para obtener
el plástico centellador utilizado en el detector AD, mismo que fue patentada
ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Tanto los
experimentos ALICE como CMS colaboran más de 60 mexicanos, entre investigadores
y alumnos de maestría o doctorado. Incluso, uno de los estudiantes del
Cinvestav que participa en el LHC, Alberto Hernández Alamada, fue uno de los
siete becados por el premio Fundamental Physics Prize, lo que demuestra el
nivel de los científicos nacionales, detalla el Cinvestav en un comunicado.